Estaba tumbada entre el suelo
del averno más sincero de la vida,
del averno más sincero de la vida,
dudando entre la escoria
y la moralidad de sus ruinas.
y la moralidad de sus ruinas.
Cabizbaja las miraba una a una
y me perdía viéndolas reventar,
y me perdía viéndolas reventar,
como si quisieran contarme parte de su historia.
Notaba como se iban afilando los cuchillos
con los reinos de las reconquistas,
notaba como repartían la peste
como moneda en todas las esquinas.
como moneda en todas las esquinas.
Productivo era meter miedo
y abrirlas de piernas,
y abrirlas de piernas,
para que parieran entre sus calles
a los pobres sin alguna moneda.
a los pobres sin alguna moneda.
De los suelos nobles,
¡nacieron muchos hombres!,
que se criaban
en el averno mas sincero de la vida.
en el averno mas sincero de la vida.
Que gran poema,de esos que erizan la piel
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