miércoles, 24 de junio de 2015

SOLO EL QUE VIENE... VUELA




¡Cómo prende celosamente mi mirada que sonríe
y el corazón que me bombea, pálpitos y alegrías!
Nadie es, nadie parece traer cadenas y rebeldías.
Y sudan mis papeles con mis deseos de soltarlos
para alcanzar todos mis sueños.

Como los rayos alegres y las entrañas de la brisa
soy una visionaria silenciosa, 
impaciente y enamorada del cielo.

Soy capaz de levantar un camino,
de abrirme y trazar mis ojos en las hogueras
para quemar aquello que ya no me espera.

Mis dedos tocan la savia de los bailes.
Las chispas bailan apasionadamente.
Bailan intensas y para mí esta noche,
como si el universo estuviese mirándome.

 

Veo diferente la tierra
y a quienes vuelan sobre el fuego,
que como hermanos de colmenas
prenden bien altas las hogueras.



Se derrama el polvo y el viento 
en el pueblo latente, 
donde todos reparamos 
nuestros rostros cicatrizados.

Unos encuentran muros y patrias,
otros abrazan como enredaderas;
sin mirarse como adultos 
entre ceja y ceja.

Pero solo el que viene vuela,
¡como el que ama vuela!
...y como un pájaro, despierto y firme,
despliega su libertad con un lenguaje diferente,
generoso y libre.

Se anida el cielo de libertades
y la tierra se vuelve ligera,
entre llamas, deseos y hogueras.

Deseamos que el hielo no hiele,
que el fuego no queme,
¡que las heridas se marchen!,
y que el camino del incienso...
no se nos alargue.

Nuestra sangre ruge de estigmas,
vivimos con el latido de una llama perenne
que arde en el veneno 
de un cuerpo caliente.

Remamos como en barcas 
y hasta aquí llegamos,
juntándonos como barrotes
y abrazando como puertas abiertas.

Cuando se asome el rocío,
-visibles sus cascabeles-,
mis manos serán volcanes.
sin estallar, porque serán libres.

Podría decir sinceramente
que soy muy feliz, 
por bailar entre lunas
y enamorarme del fuego.

Siento nadar entre aplausos y flores
viviendo la noche de hogueras,
como una señora entre palcos
en los escenarios de la noche.    

Somos caminantes con mochilas distintas,
¡caminantes somos de la tierra y la vida!
Testigos de la corteza dura,
reunidos como las aves
y alrededor de la luna.

Levanto junto al fuego una mirada
más alta que los pies del viento,
sin callar mi voz
y desgranando mis ojos negros.

¡Como el agua!,
salen mis deseos como el agua,
como la salida de las flores primaverales;
y posándose como pétalos
sobre mis manos de yema,
me baila el alma... y se queman.

Han llegado las briznas a mi vida,
reunida estoy con la chispa del gentío,
que baila eternamente para el universo
como si nos estuviese mirando.

Pero solo el que viene vuela, 
¡como el que ama vuela!,
con su  lenguaje libre 
en la noche de hogueras.

Nace el día en el vidrio de las ventanas.
Poco a poco se hace la luz
que va naciendo a su manera,
midiendo la tierra
con el cielo de nuestras pestañas.

Soy del pueblo de las franquezas,
¡de los hijos descalzos vestidos de tierra!
Yo, lloraba despacio,
sin instrumentos, sin herramientas,
y podría decir sinceramente
¡que soy feliz entre hogueras!
Muy feliz por bailar entre lunas
y por enamorarme del fuego.

He sido capaz de levantar un camino,
abrirme y trazar mis ojos, en las hogueras,
para quemar aquello que ya no me espera.

Somos caminantes con mochilas distintas,
caminante somos de la tierra y la vida,
pero solo el que viene vuela,
¡como el que ama vuela!

1 comentario:

Gracias por vuestra visita a mi blog, espero que mis publicaciones hayan resultado de vuestro interés. Si me lo haces saber, mejor!!!!