Del pueblo de las franquezas
nacieron niños arrugados
y entre los niños más ancianos,
un poeta ruiseñor de los arados.
Nacieron hijos descalzos,
¡yo mismo me vestí de la tierra!,
cuando caminaban mis ojos
y jugaban mis manos,
a contar las herramientas.
A mi lado un festín de fiebres
cuando en la fiesta gozaban.
¡Yo quise bailar como los mozos!,
pero me quedaba bailando
con un traje de hierro y trapo.
¡Cuantas cartas firmé con mis pensamientos,
cuantas veces llamé una noche ardiendo!
La oscuridad se alzó sobre mi voz
y lanzó su martillo contra mi garganta,
para romper el marfil
de mi carne envalentonada.
Del pueblo nacieron niños
y entre esos niños un poeta,
ruiseñor de las herramientas.
Nací descalzo y vestido de tierra,
un caminante de pequeñas manos
que ni sostenía las piedras.
nacieron niños arrugados
y entre los niños más ancianos,
un poeta ruiseñor de los arados.
Nacieron hijos descalzos,
¡yo mismo me vestí de la tierra!,
cuando caminaban mis ojos
y jugaban mis manos,
a contar las herramientas.
A mi lado un festín de fiebres
cuando en la fiesta gozaban.
¡Yo quise bailar como los mozos!,
pero me quedaba bailando
con un traje de hierro y trapo.
¡Cuantas cartas firmé con mis pensamientos,
cuantas veces llamé una noche ardiendo!
La oscuridad se alzó sobre mi voz
y lanzó su martillo contra mi garganta,
para romper el marfil
de mi carne envalentonada.
Del pueblo nacieron niños
y entre esos niños un poeta,
ruiseñor de las herramientas.
Nací descalzo y vestido de tierra,
un caminante de pequeñas manos
que ni sostenía las piedras.
excelente poema . eres una magnifica escritora besos marcelo
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras Marcelo, !!!!!!!!!!!
EliminarPodrá parecer surrealista o exagerado, pero abecés el mundo nos sorprende
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