¡Padre!, mis ojos
preguntan por ti,
¿qué les digo yo a
ellos?,
¿qué le digo a mi
alma,
que se consume en
medio de su lava?
¿Y a mis manos?,
que se humillan
con el gran peso de
tu vacío.
¿Y a mi cuerpo?, mi
cuerpo es cobarde,
ya no es capaz de
levantarse.
¡Ay mi lomo!, ya no
siente pertenecer
a ningún rincón de mi cuerpo.
a ningún rincón de mi cuerpo.
Con mi pecho
descubierto
me estoy dando de
golpes
al recordar tu
abrazo,
que ha partido
tanto mi alma noble.
Me duele verte aquí
tirado,
entre las
madrugadas de los eneros,
de los febreros,
con la espalda
cubierta y los ojos apretados.
¿Qué les digo yo a
mis marzos?
¿Y a ellos?,
¿qué les digo yo a
mis ojos de los abriles y mayos?
¡Me encojo
padre!,
y se me encoje el
aire;
me abro el pecho
gritando tu nombre.
Que alguien se
apiade
y te deje
escucharme cada vez que te llame,
para que la
tierra me deje de rugir
y me sequen estas
lágrimas que gritan tu nombre.
Me parto el pecho
con las manos,
mi cuerpo, mi lomo, ¡todo!
¡Padre!, me duele
verte aquí tirado,
entre las
madrugadas de algún enero,
con tu espalda
cubierta y los ojos apretados.
¿Qué les digo yo a
mis ojos?
¿Cómo les digo a
mis ojos abiertos,
que no verán
más a los tuyos cerrados,
algún día de algún
mes o de algún año?
Conmovedor. Me gustó mucho!!!!! Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno, realmente bueno, compañera Adelaida, un abrazo y no dejes de sorprendernos
ResponderEliminarHermoso poema amiga..siga creando con esa chispa interior que tienes..abrazos
ResponderEliminarRealmente conmovedor y el video muy bello. Saludos.
ResponderEliminarGracias, me alegra saber que os gusta, saludos!!!
ResponderEliminarSensibilida exquisita Adelaida, me ha movido el alma. Saludos
ResponderEliminarGracias por tus palabras, saludos!!!
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