Has aprendido a hablar desde tus suelas poeta,
a lamer, beber y vivir
de la conciencia más alcohólica de la mugre;
a comer migas y a llenarte del aire,
a nadar entre sogas de corbatas
y alpargatas grandes.
Has aprendido a cerrar los ojos
para mirar de frente,
y a escuchar como lloran
las musas de soberbias,
junto a tus puños,
castigándoles con el folio al que se enfrentan.
Has aprendido a señalar al judas,
a levantar castigos,
a soltar y cortar las manos,
a levantar la vista, el cuerpo,
...y beberte el alma de la vida.
Creas y rompes,
transformas y duermes,
despiertas según, a tu hijo,
renaciente de la muerte.
No olvides nunca a que supieron tus suelos
tras tus cortinas de harapos oscuros
que tapaban al de atrás, fisgoneándote,
entre el silencio más cobarde
y el instinto del miedo.
Eres pequeña, sí,
¡ya lo sabes!,
pero lo es tu cuerpo,
ante tu mundo más interno
y más grande.
Según yo,
una poeta con alpargatas grandes.
Grande Adelaida, muy grande, que bueno es poder llenar la boca de POETA para dirigirse a alguien.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Antonio, Poetas como nosotros los hay, pero a veces cuestiono no por arrogancia ¡no!, cuestiono porque abunda la mano de un teclado fácil, pero quién soy yo para cuestionar a alguien? mis impulsos me dictan, que he de decir, que es para mi y según yo, un poeta.
ResponderEliminarDirecto al corazòn como siempre. te superas con cada poema
ResponderEliminarGracias corazón!
EliminarBellizimo... me lo llevo para compartirlo.
ResponderEliminarGracias Leonardo, Saludos.
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