El hambre del poeta
¡es la sed de su verso!
Le amamanta la vida
con la cuna de la prosa.
Su fuerza es su raíz,
¡pobre de marginada losa!
¡Silencio!, que la muerte se encela
y ya se pone celosa.
Trigo y semillas
para un hueso cansado,
cultivado en raíz de oro
en campos desgranados.
Hambre sedienta
por los versos que lo alimentan,
cuna de prosa y de fuerte losa,
¡silencio!, que la muerte se encela
y se pone celosa.
¡es la sed de su verso!
Le amamanta la vida
con la cuna de la prosa.
Su fuerza es su raíz,
¡pobre de marginada losa!
¡Silencio!, que la muerte se encela
y ya se pone celosa.
Trigo y semillas
para un hueso cansado,
cultivado en raíz de oro
en campos desgranados.
Hambre sedienta
por los versos que lo alimentan,
cuna de prosa y de fuerte losa,
¡silencio!, que la muerte se encela
y se pone celosa.
Es una pena que no pueda escucharlo, pues no sé qué le pasa que no se oye, pero por mi ordenador. No obstante, he de felicitarte por tan magistral poema. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazos.
Adelaida. Tu poema, es muy bonito y profundo, quiero que en tu Universo literario
ResponderEliminarme enseñes, con tus poemas, tus letras, tus silabas y tus frases, a navegar por el bonito
mundo de la poesía y encontaremos el amor, la música y los sentimientos. Gracias. Bonita.
Bienvenido Pablo, me alegra que te haya gustado mi mundo poético y espero que así siga siendo. Saludos!
EliminarHermosa obra ha sido un placer leerla
ResponderEliminarMe alegra Paca Martinez que así sea. Saludos!!!
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