Soledades, ¿por qué calláis en voz?,
nadie os acompaña en el pregonero
de los fieles callados.
Corazones de grandes templarios,
culpar a vuestro amado devoto
que es el hijo de las nostalgias y de los ruegos.
¡Yo te haré reír, te haré soñar
te haré la mujer de mis sueños! y serás,
viajarás alejada del derive encallado de tu velero,
serás mi brisa, serás mi aire, ¡serás mi patria en la mar!
¡Por ti yo seré capitán!
Y bien que harás de capitán,
ResponderEliminarcon tan buenos y bellos deseos,
y bien te seguiré tus pasos,
para no perderme ni tenerte lejos.
Abrazos. Rosa.