EL ANCIANO DE LA MUERTE

Huesos reventando en lienzos
las vainas de los curtidos desiertos,
llevaros del camino de mi muerte
al anciano podrido del puente.

Sangre de aullidos resurgiendo, 
cortes de tinta, heridas rojo vino,
¡cojo estos huesos que me arañan
fieles en su costumbre de guadaña!

Hacen partir en gemidos,
al vientre de una princesa
pariendo la piel de un invierno,
de una mañana, de una tarde, 
y así y así,
hasta las noches con sus madrugadas.

Huesos reventando en lienzos
las vainas de los  curtidos desiertos,
sangre y aullidos en una mañana,
en una tarde, y así y así,
hasta las noches con sus madrugadas.

Llevaros del camino de mi puente
al anciano podrido de la muerte.