Te presto mi mala suerte
compañero de diablos,
y compañero del féretro de mi muerte.
Soy un solitario callado
más triste que deshonrado.
Dejasteis que las tiras de mi ropa
cayesen de mí y se rompiesen a pedazos;
cachitos de esencias borrando mi existencia...
¡vergüenza!
que son más fuertes y más flojas si las deshojas.
Pétalos de pieles de carne roja,
por donde me pasan, me mojan.
Pues hoy
las tiras de mis pieles me bañan,
y a la vez me borran.
He necesitado más años
que los que de ti me apartaron.
Más peso y menos preso,
y menos peso
en arena sobre mis huesos.
He comprobado ser un simple viajero,
cartero sin prisas y sin mata sellos.
Compañero que me vendiste a la muerte,
tiraste de mí por aquellas tiras,
tanto fuertes como flojas.
Desollándome a grandes pedazos
fueron mis pétalos de pieles rojas,
que por donde me pasan, me mojan.
Impresionante. Me sentí transportada a otra dimensión.
ResponderEliminar