NO ME ROMPAS

Atraviesa la vida

y los escenarios de la muerte,

trae consigo sus desvelos

¡porque se la come como un animal!

Le tapa las ilusiones

 tirándola a la esquina más herrumbrosa,

junto a sus estaciones,

 que se duermen entre los cabeceros,
enterradas en los campos cansados.

Envejece su fatiga, 
soñando no despertarse 

entre barbas de pobres,

que  la abren para saciarse 

de su mundo más interno.

Ella grita e implora 
por los pecados capitales.

Alzando sus mazos se protege,

es una brecha menos

 y se consuela al pensar

que no siempre estarán los cardenales.

Todo le recuerda 
a la espiral de las caracolas,

ondeantes tejidos en seda

que la atraviesan suavemente

 para tirarla a un mundo

lleno de gritos suaves 
y zumbidos de viento.

Ondeantes heridas,

zarandeos y jirones

 que me recuerdan al molusco.

A aquellos que intentaron avisarme 

¡hoy les doy mi vida, llena de tirones!

¡Lloro yo!, la señora de valiente flor,

cuando saltan los niños para cogerme.

¿Cuál de ellos será, amada tierra?

¿Cuál de ellos, de mi amado  vientre,

será el emperador que me quite la angustia

y  la naturaleza que me entierra contra corriente?

¿Quién será el hijo que atraviese  la vida, 

dejándose los pulmones
 contra un mundo de herrumbrosas esquinas,

  de dolores y golpes?