A los pies de Pilatos, ¡los llantos,
del quinto sacrificio perfecto!
Redentor del suplicio
lavando condenas de muertes.
Se vuelven ricos los relojes
con el oro del parto,
que despierta hasta la cárcel
más oscura del hombre.
Junto a una cama rota
que revienta en llanteras,
despierta la cuna noble
con los cantos de nanas
y los llantos del hambre.
Sudando se da golpes la vida
para darle su pecho de leche,
y se vuelven ricos los relojes,
dando tiempo hasta a la cárcel
más oscura del hombre.
del quinto sacrificio perfecto!
Redentor del suplicio
lavando condenas de muertes.
Se vuelven ricos los relojes
con el oro del parto,
que despierta hasta la cárcel
más oscura del hombre.
Junto a una cama rota
que revienta en llanteras,
despierta la cuna noble
con los cantos de nanas
y los llantos del hambre.
Sudando se da golpes la vida
para darle su pecho de leche,
y se vuelven ricos los relojes,
dando tiempo hasta a la cárcel
más oscura del hombre.
No pierdas jamás este don de escribir amiga Adelaida. Te lo prohíbo.
ResponderEliminarUn beso.
Antonio
Gracias poeta!!!! te aseguro que me queda mucha guerra. Saludones!!!
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