A través de mis palabras serás educado,
mis historias te darán de beber,
y mis acciones de comer.
Respirarás del mismo aire que me vio nacer.
Verás más allá de lo que ves ahora,
y conocerás la sabiduría que será tu escuela.
Buscarás el aliento del mismo aire en alimento,
el mismo viento será quien te dará mi fuerza
y no mis sufrimientos.
Me verás a través de otros,
y a través de tus ojos me verás con orgullo.
Mencionarán mi nombre durante décadas,
y es ahí donde latirá este corazón
entre mis huesos.
Serás un hombre de honor como tu padre,
¡sangre roja de ley sellará tus ropas!,
alzarás esta misma espada
custodiando a quienes lo necesiten,
y levantándola por todos ellos…
seré yo quien te acompañe.
Adelaida, me encanta leerla. ¡Precioso y encantador poema!
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.
Precioso Adelaida, me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos.