LOS CUERVOS DE ALGÚN POETA
Cuando las carrozas nocturnas asaltan a los poetas
es porque la vejez les ha llegado a las palmas de las manos
que completas de vivencias y de arterias inservibles
van enredándose entre ellas y marchándose a otro mundo
-más extraño-.
Es extraño ver con los ojos de los poetas,
meterse en sus carnes para ver vibrar el mundo
y sentir abrirse la tierra entre sus manos.
Meterse en el traje agrio de un racimo escarchado
para poder explicar mejor las borracheras...
¡Pero ellos sí pueden!, ellos sí pueden explicarlas.
No hay jarras de alcohol suficientes
para explicar la mendicidad de un desgastado zapato,
solo él es capaz de caminar
en travesías de polvo intencionado.
Se atan las vivencias a unos cuervos nocturnos
que como influyentes perchas viajeras son,
cuando vuelan altos, como locos insensatos.
¡Yo misma vuelo!,
con mis treinta y seis cuervos
trenzados al ombligo del estrellado cielo.
Adelaida. Quiero volar con tus 36 cuervos por los cielos de la poesía y andar
ResponderEliminarpor los caminos de los poetas borrachos de palabras, frases y versos, Quiero
volarrrr, y volarrrr. Gracias. Bonita.
Gracias Pablo, déjate llevar y alza esas alas que te harán ver ese mundo poético que algunos vemos. Abrazo
ResponderEliminar