De diciembre a enero
cada día brotaba y florecía,
una canción para mi calzado
que bailaba en la nieve fría.
Siempre canta mi pecho
en los meses de diciembre a enero,
los demás meses son muy fríos
sin Navidad y sin deseos.
Nunca tuve un traje rojo
ni sonreía cantando villancicos,
no había niños ni canciones
solo algunos meses descoloridos.
Me hice un hombre con un hacha,
formé al hombre del espejo,
talando al niño que jugaba
y ahora soy un esqueleto viejo.
De febrero a noviembre
mi cuerpo es de un hombre,
son diez tristes meses
sin guirnaldas de colores.
Pero de diciembre a enero
soy un niño muy pequeño,
deseando ver las ventanas
cubiertas de grandes copos.
Mis zapatos gritaban jugando
y la Navidad me sonreía,
¡yo era un niño disfrutando,
jugando en la nieve fría!
Navidad no es todos los meses,
no son todos los regalos,
pero si es quien se queda conmigo
bailando sobre mis zapatos.
Todos deberíamos bailar sobre nuestros zapatos pero de Enero a diciembre, me ha encantao.
ResponderEliminarGracias otra vez, a mi me encanta cuando me lo hacéis saber.
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