¡Ay los segadores!,
guadañan las copas,
los montes, campos, cumbres.
Allá,
en lo alto de las montañas,
como un buen domingo
se peinan todos.
Un sentir de arpas,
¡tambores, flautas y guitarras!
Grandes señores
y cantores de carcajadas,
abren el ambiente de las labranzas,
con la juventud
entre sudores y gargantas.
Las señoras de los jornaleros
elaboran su franqueza,
entre modales y paciencia,
con aguas del pozo blanco
y trigos de semilleros blandos.
¡Que no falte el vino!,
condensando la carencia señorial.
Se levantan como animales,
trabajan como animales,
regresan como animales,
comen como animales,
y aman a sus mujeres como hombres.
É um poema lindo, cheio de sentidos , que só um coração poético pode reconhecer.
ResponderEliminarAdorei