Fui aquella sombra con el instinto del barro,
dando rienda suelta a los charcos amargos.
Hasta los sudores se van
-en fila-,
cayendo en cuerpos apilados,
¡amontonándose uno a uno!,
me derramo haciéndome daño.
Más deshecho que esta arcilla,
patria mía, ¡me has deshecho!
Más muerto que un latir,
siento la cercanía de haberme muerto.
Se parte la barca
entre la madera de mis manos,
se derrama aquella arcilla
esculpiendo mi bandera a pedazos.
Allá donde quedaron mis pasos,
quedaron mis paseos amargos.
ME HA ENCANTADO TU BLOG,ESCRIBES COSAS MUY BONITAS... :)
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