En algún lugar,
donde habitan las almas,
aquellas que se miran
y nunca se encuentran,
están las nuestras....
¡y son las nuestras!
Se buscaban en mares tan profundos,
que se sumergían, esperanzadas por encontrarse.
Y se encontraron, lucharon por no querer abandonarse,
y de hecho... ya no se abandonaron,
pues aún sentían la fuerza por enamorarse,
y de hecho... se enamoraron.
Caminos de pocos inciensos chispeantes,
sellaban sus dos nombres,
uno era el humo de Adelaida,
y el otro, con el nombre del que ahora es su marido:
el capitán de los profundos mares
y navegante de grandes navíos.
Oriolanico no me abandones....
que somos dos polizontes, en un barco
pintado con nuestros nombres,
uno en roja tinta,
por amarte y encontrarte,
y el otro es amarillo,
con el sello llevando nuestros dos nombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por vuestra visita a mi blog, espero que mis publicaciones hayan resultado de vuestro interés. Si me lo haces saber, mejor!!!!